©Ernesto
Donegana
Ópera para cantantes
solistas y ensamble instrumental del compositor español José maría
Sánchez Verdú, a partir del relato Aura, de Carlos Fuentes. En él,
el autor desarrolla y plasma un ambiente sombrío y psicológicamente
denso en el interior de una extraña casa con varias inquietantes
habitaciones y pasillos. La oscuridad envuelve el interior. Los tres
personajes se dirigen hacia un final que es al mismo tiempo un
principio, o tal vez, un eterno retorno. Una muy vieja señora
(Consuelo) y su sobrina (Aura) comparten algunos días con el joven
Felipe Montero, que debe cumplir con el trabajo de ordenar y redactar
las memorias dejadas por el difunto marido de la señora (el general
Llorente). Felipe acaba enamorándose de Aura a la vez que es testigo
de la relación entre ella y Consuelo. Los hechos y el tiempo se
precipitan en círculos concéntricos, creando una espiral que se va
acelerando en el camino hacia el final del relato. De hecho, la joven
y hermosa Aura es, al final la misma vieja, la señora Consuelo.
Felipe va siendo consciente de este hecho poco a poco. Al final del
relato se percibe además, no sin horror que el mismo Felipe fue/es y
será siempre el mismo general Llorente.
©Ernesto
Donegana
Esta es la trama de
un relato basado en espejos, ecos, sombras y un juego muy poético y
también terrorífico con la idea de aura, cercana al concepto de
Walter Benjamin. ¿Qué es verdad, qué es mero espejo? ¿Cuál es el
original, cuál es la copia? La riqueza psicológica, el ambiente de
soledad, oscuridad y tensión entre los personajes, a la vez que una
pasión ciega y una duda cada vez más abrazadora, son los elementos
de esta plasmación de un erotismo fantástico y fúnebre que
desemboca imperceptiblemente en el horror.
©Ernesto
Donegana
Por su parte, el montaje escénico recrea los tres ámbitos oprobiosos, sobrecargados y asfixiantes en donde moran los personajes de la obra, asignándole a cada uno una particularidad determinada por su color y contenido objetual. En esos espacios, todo es velado pero al mismo tiempo develado por la ominosa presencia del Conejo de Alicia en el país de las Maravillas, que cual hábil ajedrecista va organizando el devenir de los sucesos hacia un lugar irremediable en donde el camino hacia la madriguera pareciera no tener salida.
©Ernesto
Donegana
Composición, libreto y dirección musical:
José María Sánchez Verdú
Régie: Emilio
García Wehbi
©Ernesto
Donegana
Intérpretes
Eugenia Fuente, soprano
Virginia Correa Dupuy, mezzosoprano
Andreas Fischer, bajo
Esteban Manzano, voz
Javier Lezcano, voz
Eugenia Fuente, soprano
Virginia Correa Dupuy, mezzosoprano
Andreas Fischer, bajo
Esteban Manzano, voz
Javier Lezcano, voz
Horacio Marassi,
actuación
©Ernesto
Donegana
Escenografía: Norberto Laino
Iluminación: Alejandro Le
Roux
Vestuario:
Mirta Liñeiro
Edición de video: Marcelo
Martínez
Asistente de régie: Julieta Potenze
Asistente de régie: Julieta Potenze
©Ernesto
Donegana
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